Baladas y Reflexiones

¿Buscas ser feliz? ¡Aquí la respuesta!

2016-08-19 19:36:53
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¿Buscas ser feliz? ¡Aquí la respuesta!
(Foto:Istock.com)

¡Hola!… ¿Deseas ser feliz? ¿En verdad lo deseas? Pues, no vayas fuera a buscar, vuelve a ti mismo, en el hombre interior habita la Verdad.

Los hombres salen a hacer turismo para admirar los montes, los mares, los ríos. Y, sin embargo, se pasan de largo a sí mismos. ¡Cuántas riquezas atesora el hombre en su interior! Pero, ¿de qué le sirven, si no las sondea e investiga? Es por esto que debemos buscar a Dios y orar en esa cámara secreta del alma que se llama el hombre interior.

La búsqueda de Dios es la búsqueda de la felicidad y el encuentro con Dios es la felicidad misma. Señor, nos hiciste para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti.

El primer paso en la búsqueda de la Verdad es la humildad. Escuchen la palabra de Dios y guárdenla en su corazón. Llenen su despensa interior de víveres durante los días felices de verano y así podrán afrontar los días difíciles de la tentación, durante los inviernos del alma.

Vive bien quien ora bien. Ora en ti mismo y sé un templo de Dios.

Hay dos clases de personas, el uno es santo, el otro egoísta; el uno se preocupa del bien común, el otro trata de someter lo común a lo propio. O destruyes el pecado en ti, o el pecado te destruirá a ti. Pero no trates de destruirlo como algo que está fuera de ti. Entra dentro de ti mismo; ahí tienes que luchar. Lucha por amar rectamente; sin la gracia de Dios, podrás amar con libertad, mas no con rectitud.

Hermanos, tengan una sola alma y un solo corazón hacia Dios. La verdadera unidad entre hermanos se crea, se refuerza y se protege por la comunión en el amor. Ama a tu hermano de tal modo que estés dispuesto a dar la vida por él; porque la medida del amor es el amor sin medida. El amor, de cualquier especie que sea, tiene sus leyes hermosas que pueden llevarnos a Dios. ¡Ama y haz lo que quieras!

No retengas enemistad contra nadie, porque mucho más grande es el mal que estas enemistades causan a tu corazón. Si quieres que resulten eficaces las palabras “perdona nuestras ofensas”, es preciso que digas con toda verdad: “como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” y así, cuando recibas la eucaristía, que es comunión, recibirás el misterio de tu propia comunión en el amor.

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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