Baladas y Reflexiones
¿Cómo ganarte el cielo?
Hola… En un hospital, había una habitación ocupada por dos pacientes. A uno de ellos le habían operado de los ojos y requería de reposo absoluto, y el otro era un anciano con un problema pulmonar. Al anciano, todos los días le ayudaba la enfermera a incorporarse para que sus pulmones pudiesen drenar el líquido acumulado. Su cama estaba junto a la ventana y cuando se sentaba, aprovechaba para contarle a su compañero todo lo que veía, haciéndole más llevadera su convalecencia. Es muy difícil no poder moverse durante varias semanas, sin embargo, para él resultaba esperanzador que su compañero de cuarto, aunque solo fuera por una hora al día, pudiera contarle lo que sucedía en el exterior.
Uno de esos días, le comenzó a describir con lujo de detalles un desfile militar que veía al fondo del parque. Su compañero le dijo: No escucho la música. Y él le respondió: No te preocupes, yo apenas la escucho porque están un poco lejos y la ventana está cerrada.
Cada día ambos se motivaban; uno contando lo que veía y el otro agradeciendo que dentro de su enfermedad tuviese a alguien que lo ilusionase de esa manera.
Un día en la mañana, al entrar la enfermera se dio cuenta de que el anciano que estaba junto a la ventana se había quedado dormido para siempre. Algunos días después, al paciente operado de los ojos lo pusieron en la otra cama. Pidió incorporarse para poder ver a través de la ventana, y se dio cuenta de que esa ventana daba a un callejón y que lo único que podía verse era una pared blanca.
Recordó a su amigo y se dio cuenta de lo generoso que había sido con él. Además, la enfermera le contó que era ciego y que no podía ver ni siquiera la pared, sin embargo compartía la ilusión de hacer feliz a su compañero de cuarto.
Si quieres ganarte el cielo, desarrolla en tu vida el valor de la compasión, que es ponerse al lado del que sufre para elevarse juntos en la esperanza y la ilusión.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
Escucha Baladas y Reflexiones con el Padre Pablo
Todos los domingos de 9 p.m. a 1 a.m.