Hola… Cuando llegó a mis manos esta reflexión, pensé en ustedes para que juntos, algo tan bello nos pueda hacer pensar.

¿Existe la vejez? Algunos de nosotros envejecemos, de hecho, simplemente porque no maduramos. Envejecemos cuando nos cerramos a las nuevas ideas y nos volvemos radicales. Envejecemos cuando lo nuevo nos asusta. Sobre todo cuando pensamos demasiado en nosotros mismos y nos olvidamos de los demás. Uno de los síntomas, o diría yo una de las alarmas que se enciende para indicarnos que estamos en un proceso de deterioro, es en el momento en que dejamos de luchar.

Hay una escuela a la cual en el instante mismo de nacer, se nos matricula gratuitamente: es la escuela de la vida y en ella hay varios maestros pero el Maestro es el Tiempo. La vida puede ser solo comprendida mirando hacia atrás. Pero solo puede ser vivida mirando hacia adelante. EN LA JUVENTUD APRENDEMOS; CON EL PASO DE LOS AÑOS COMPRENDEMOS.

Los hombres son como los vinos: La edad estropea a los malos, pero da cuerpo y mejora a los buenos.
Envejecer no es preocupante: Lo que sí es terrible es que nos vean como viejos. Envejecer con sabiduría no es envejecer, porque en los ojos del joven arde la llama, en los ojos del viejo brilla la luz. Siendo así, no existe edad, somos nosotros los que la creamos. Si no crees en la edad, no envejecerás hasta el día de tu muerte.

Leí un día esta frase en alguna pared de la ciudad y me quedó tan grabada que personalmente pienso que si la mayoría tuviéramos para nuestra vida este concepto, otra sería nuestra realidad. La frase es: ¡Yo no tengo edad: tengo vida! 

No dejes que la tristeza del pasado y el miedo del futuro te malogren la alegría del presente.
La vida no es corta; son las personas que permanecen inactivas demasiado tiempo.

Cambiando de tema, con la visita del Santo Padre viví experiencias que quisiera compartir con ustedes, pero si me lo permiten será a partir del próximo domingo. Sin embargo les dejo con esta frase del Papa Francisco: “Los jóvenes caminan rápido pero son los viejos los que conocen el camino”.
Gracias por llegar hasta aquí.  Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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