Hola… Hace muy poco tiempo, uno de los hombres más ricos y poderosos en Brasil, de apellido Scarpa, apareció dando un mensaje a la Nación diciendo lo siguiente: He pagado un millón de dólares por un carro de marca Bentley, lo voy a enterrar en mi mansión en Sao Paulo, porque así cuando muera dentro de algunos años, tendré en el otro lado mi auto de lujo, con el cual podré desplazarme. Como se imaginarán, esta noticia causó revuelo en Brasil. Al pobre hombre le dijeron de todo menos algo “bonito”. La verdad es que solo a un hombre extravagante en un país donde hay muchísima pobreza, se le podría ocurrir hacer eso. Enterrar un carro de un millón de dólares, indudablemente este hombre no tenía corazón. Anunció el día, la hora y lugar, sus empleados cavaron una inmensa fosa, él llegó en su propio carro, lo introdujo en la fosa donde iba a ser enterrado y en ese momento todo Brasil estaba viendo el espectáculo, prensa, radio, televisión, incluso otros países del mundo que no querían perderse semejante suceso.

Todo estaba preparado para el entierro del Bentley, pidió silencio y dirigiéndose a las cámaras, dijo: Quiero crear conciencia sobre la donación de órganos. Todo el mundo me condenó porque yo quería enterrar un Bentley de un millón de dólares, sin embargo, muchos de mis compatriotas entierran algo más que un millón de dólares, entierran la posibilidad de dar vida con los trasplantes de órganos. Miles de personas entierran corazones, hígados, pulmones, ojos, riñones… y no pasa nada, pero el mundo se revoluciona porque yo quería, aunque no lo voy a hacer, enterrar mi Bentley de un millón de dólares.
Esta es la historia y así te la he contado, pero puedo decirte que cuando una persona ha tenido un gesto solidario con alguien de mi entorno, mereció la pena. Como la familia de un joven que murió en Huancayo y donó uno de sus riñones a una persona muy cercana a mí, cambiando completamente su vida por 21 años. 

En este tiempo de cuaresma que estamos viviendo, no estaría de más pensar cuán maravilloso sería que con este gesto solidario, que no es muy común entre nosotros, tuviéramos la oportunidad de alcanzar los primeros lugares en donación de órganos, por lo menos en América Latina. Como decía el papa San Juan Pablo II hablando de las donaciones de órganos: Esto es donar vida a quienes ya casi están en la muerte.

“Cuaresma: cuarenta días para crecer en el amor de Dios y del prójimo”
Gracias por llegar hasta aquí.  Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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