Baladas y Reflexiones
Un nuevo año escolar: ¿Cómo hacer que nuestros hijos se desarrollen correctamente?
Hola… Este último domingo del mes de febrero abrimos una puerta maravillosa, la puerta del inicio del presente año académico de nuestros niños y jóvenes, quienes por la pandemia durante dos años lo vivieron de una manera muy peculiar y difícil, porque su hogar natural que es su colegio ha estado cerrado. Sin embargo, este año la historia se dibuja de un color esperanza y quien escribe estas líneas, como profesor del colegio Nuestra Señora del Consuelo, desde mi oficina y mirando los patios vacíos que en apenas unos días volverán a ser canto y esperanza, como bullicio y sueño de una historia que comenzaremos a escribir con distinta tinta, pero con el mismo mensaje de siempre: SUPERACIÓN: Ser cada día un poco mejores; Y TRASCENDENCIA: sentirnos cada día más hijos de Dios.
Me viene a la memoria una anécdota de dos niños que un día salieron a patinar sobre un lago congelado. De pronto, la superficie se rompió y uno de los niños cayó al agua. El otro niño al ver que su amigo se estaba ahogando, buscando por el lugar encontró una gran piedra. La cogió y comenzó a golpear con todas sus fuerzas la capa de hielo que impedía que su amigo saliera del agua.
Un vecino avisó a los bomberos, quienes audaces y veloces se acercaron al lugar. Cuando llegaron, con gran sorpresa encontraron a los dos niños abrazándose y llorando por el susto. Uno de ellos había logrado sacar al otro del agua, teniendo como resultado un final feliz
Los bomberos no entendían cómo aquel niño tan pequeño pudo salvar a su amiguito. Pero la respuesta la tenía un anciano, quien casualmente pasaba por ahí y vio cómo el niño golpeaba fuertemente el hielo hasta lograr romperlo y así lograr sacar a su amigo. El anciano le dijo a los bomberos, el niño pudo hacerlo porque no había nadie a su alrededor que le dijera que no lo podía hacer.
Desde la oficina que te mencionaba anteriormente, veo los patios y salones del colegio Nuestra Señora del Consuelo y apenas en unos días vendrán los alumnos, desde los más pequeños de 4 años hasta la promoción con un promedio de 15 y 16 años.
Pido a Dios que quienes tenemos la obligación de la instrucción educativa, seamos conscientes del potencial que hay en cada ser humano y sobre todo de los niños y adolescentes, para que los adultos no seamos quienes impidan que se desarrollen con todas las capacidades que Dios les dio en sus vidas, desde que fueron engendrados.
“No ames con el corazón, porque el corazón se detiene. Ama con el alma, porque el alma es eterna”
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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